miércoles, 15 de diciembre de 2010

Recuento

Muchas veces es bueno mirar hacia atrás y ver cuán rápido se pasó el año, cuántas cosas pasaron y cuántas cosas te ayudaron y te hundieron. Pero mejor es ver lo bueno, incluso lo malo te deja algo bueno, qué cliché.
Y sí, si me pongo algo cliché podría decir que todo pasa por algo y blablabla, no es mentira, pero es mejor contar algo que sea objetivo, o por lo menos esforzarse, cuesta harto.
Este año tiene mucho que contar. No porque haya sido mi año más estresante de mi vida escolar (y recalco mi vida escolar porque estoy viendo que el estrés aumenta con los años) sino porque pasaron muchas cosas que hoy me dejan una enseñanza, muchas sonrisas y pocas amarguras.
Entré con las expectativas altas, con las intenciones de organizar tan bien mi tiempo que podría lidiar con mi horario matutino de 5:45 am a las 9:45 pm de colegio y preu, para después (y no sé como) llegar a bañarme, comer algo, y seguir estudiando. Sí, tenía la ventaja de estar tan acostumbrada a la vida capitalina, al centro, a la micro, el metro sofocante y los largos viajes todos los días, que esto no podría ser más que una carga "soportable" este año. Bien, tenía un pololo que estaba en las mismas (aunque yo diría que ni la mitad del estado en que me encontraba yo) y pretendía poder controlarlo todo.
Pronto todo ese ajetreo me trajo más de alguna consecuencia, más de una dormida inevitable en clases, y de rabietas, de sofoco interno al percatarme que el tiempo no me lo permitía todo, que el secreto no funcionaba y mi presión interna de estudiar una carrera tan complicada que era espantoso pensar que estabas en el mejor colegio de Chile y no tenías los resultados que querías. Si, es una historia repetida en el Carmela, qué le vamos hacer, trabajamos bajo presión y estrés.
Pero eso fue el comienzo y después pasó desapercibido en mi estado diario de ser. El preu para mí fue algo más que estresante, algo lindo. Nunca creí poder conocer gente tan hermosa y bonita, y me di cuenta de que me gusta harto tener amigos hombres. Puede ser que es porque ves niñas todos los días, no sé, a mi me agradaba caminar por mi querido Francisco Bilbao y doblar a Ramón Carnicer para después irme por Plaza Italia y luego Alameda.
Puede ser incluso que valga la pena nombrar a personajes que marcaron en mí un antes y un después, personas que me ayudaron cuando lo necesitaba y me abrieron los ojos para darme cuenta que por estupideces (y estúpidos) no se llora. Una mujer fuerte y derecha, es el lema que aprendí a querer. No tanto por las penas sino por lo que hice por lograr metas y lo fuerte de espíritu ante la frustración. Hasta suena vanidoso pero creo que no puedo decir menos, por esto también hablo por todos quienes me rodearon este año, con el mismo objetivo y los mismos sueños. A Gattin, Mi Nico colorado y mi Nico seven plus xd, Sergio, Ari, Sebita, Mati, a la Sol, a mis nenas que las nombraré una por una: Fran, Dani, Karola, Pitha, Tami, Vale, Paxsi, Claudita, Naty, a todos y cada uno, y a los que logré conocer este año :) 
Basta de eso, yo quería contar.
Pasó el año, con más de alguna crisis interna y una muy fuerte que llegó a obsesionarme tanto que me ensimismé en lo más profundo de mi subconsciente y descubrí que las respuestas están aquí y ahora pero imperceptibles. Genial, momentos tristes en que cuando se supones que estás con alguien te apoya y entiende, y no pasó eso sino que el que prefiere huir chao pescao, me la puedo sola.
Y así como la fortaleza de espíritu refleja alma también, no faltaron unos cuantos vivarachos que preferí no darles bola, no por ególatra, sino porque no estaba enfoncada en tener algo con alguien ni menos calentar la sopa. Pa qué? la soledad se esconde tras los ojos que no han vivido la oportunidad de esconderse uno mismo, sino depender siempre de alguien más. Yo me pregunto, te sirve eso?
Ya, me desvié del tema. Como es mi blog escribo lo que quiero y sí, me creo completamente el toyo. ¿Cuál? Soy mucho, demasiado. (La polilla parece que quiere leer lo que escribo. Son los únicos bichos junto a los grillos a los que no les tengo asco) y tanto me gustó el temita de estar conmigo en sintonía, que ni ahí con andar buscando refugio sino alas. Maravillosa mi familia que me acompañó, maravillosos mi amigos con quienes fortalecí tantos lazos.
A lo largo de ese periodo en que me encontré a mi misma, leí el Alquimista, libro que me ayudó a luchar por mi sueño de pertenecer alguna vez a la Unicef y luego a la ONU, representando al estado Chileno en lo que es la ayuda social. Me interesé por ciencias políticas, y descubrí que mis tendencias van por el lado izquierdo de la cosa, justicia social, igualdad de condiciones, además de unas cuantas peticiones a la igualdad educacional y de género. La lectura me apasionó más que antes, mis ganas de ayudar al mundo las veía en mi mente, ya sea estudiando medicina o ingenería, en la mejor universidad del país.
Descubrí que amaba mi cuasi soledad, y digo cuasi porque nunca estás solo: la tierra te acompaña. Y esto es algo que usted, señor político que no sabe el significado de lo esencial, pasa por alto al momento de juzgar al señor mapuche.
Amé más que nunca a mi Santiago querido, a mi centro, a mi cerro Santa Lucía y mi Barrio Bellavista y Lastarria. Qué ganas de decirle al mundo que me he vuelto amante de mi país, la música andina, el puño en alto que somos un país al fin del mundo.
Y puño en alto? si señor, que me volví vegetariana y feliz de serlo. Mi papá me bromea en buena, aunque sé que ya somos muy distintos. Mi rumbo a cambiado, aires nuevos rodean mi cabeza y me hacen querer ser más libre que nunca. Despedí a lo que fue mi hogar durante 4 años, mi Carmela, orgullosa de salir y no con malas notas, al contrario, radiante en ese porcentaje del colegio que te beneficia su poco y qué.
Haces esa mirada algo resumida y se te olvida agregar que tu hermano querido comienza ahora en lo que dejaste al entrar al Instituto Nacional, alegría inmensa de tener a mi hermano hijo de la educación pública, y poder decir afortunadamente, de calidad.
Cómo se nota que el horizonte cambió un poco, y me gusta que así sea. Mis amigas, no puedo menos que decir que son las más espectaculares del mundo, aprendí a quererlas como se deben, porque un tesoro no se descubre hasta excavar bien la tierra.
Si, tengo ganas de meterme en esta sociedad cultural que tengo la oportunidad de conocer más a fondo porque las personas que te rodean hacen eso posible. Ad portas a la U, solo me queda decir que a todos los totales que influyeron en mi manera de ver el mundo, los quiero más que a nadie, y a los que no sirven, que se los lleve el polvo porque el viento solo trae buenas nuevas. Nada más :)

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