domingo, 24 de julio de 2011

Fusil

Inconciencia amenizadora, fluir del pensamiento, corriente abstracta, un palo al suelo, dos más y caigo en un delirio demencial y oh si, cómo duele y qué frágil es, cómo vuelve a la vida y escucha la tos del perro por la ventana mientras deslizas la mano por la cama en busca de un halo cálido, quizás y porque no, inconciencia es lo que grita tu interior, cómo clama y cómo quieres tomar un café en Bellas Artes, mirando los árboles, recordando un viejo dicho que por más que quieras es falso, y te cruje la espalda y estás pensando en tu amado, está mareado, quieres viajar pero no tienes ni auto ni plata ni sabes manejar aún, y su casa queda lejos, no tanto como la tuya pero sí lo suficiente para escupir el suelo y recordar que estás delirando de sed impotente, no puedes decir nada, no puedes pensar, no puedes salir y Charly García te dice algo de temor a este sentimiento, apagás la radio (pero qué ché argentino) y esfumas el aliento de papel y manzanilla en unos cuantos susurros urbanos, mentales en su mayoría, imaginando historias, ensayos de obras que jamás se estrenarán, y oh si, el teatro y su misticismo mágico, se revuelve el estómago, punzan espinas en tus sienes y todo se vuelve oscuro, y es hora de cerrar los ojos y bajar el telón, se termina la función.

viernes, 22 de julio de 2011

Que vivan los estudiantes!

¡Que vivan los estudiantes,
jardín de las alegrías!
Son aves que no se asustan
de animal ni policía,
y no le asustan las balas
ni el ladrar de la jauría.
Caramba y zamba la cosa,
¡que viva la astronomía!

¡Que vivan los estudiantes
que rugen como los vientos
cuando les meten al oído
sotanas o regimientos.
Pajarillos libertarios,
igual que los elementos.
Caramba y zamba la cosa
¡vivan los experimentos!

Me gustan los estudiantes
porque son la levadura
del pan que saldrá del horno
con toda su sabrosura,
para la boca del pobre
que come con amargura.
Caramba y zamba la cosa
¡viva la literatura!

Me gustan los estudiantes
porque levantan el pecho
cuando le dicen harina
sabiéndose que es afrecho,
y no hacen el sordomudo
cuando se presenta el hecho.
Caramba y zamba la cosa
¡el código del derecho!

Me gustan los estudiantes
que marchan sobre la ruina.
Con las banderas en alto
va toda la estudiantina:
son químicos y doctores,
cirujanos y dentistas.
Caramba y zamba la cosa
¡vivan los especialistas!

Me gustan los estudiantes
que van al laboratorio,
descubren lo que se esconde
adentro del confesorio.
Ya tienen un gran carrito
que llegó hasta el Purgatorio
Caramba y zamba la cosa
¡los libros explicatorios!

Me gustan los estudiantes
que con muy clara elocuencia
a la bolsa negra sacra
le bajó las indulgencias.
Porque, ¿hasta cuándo nos dura
señores, la penitencia?
Caramba y zamba la cosa
¡Qué viva toda la ciencia!



Me gustan los estudiantes - Violeta Parra