domingo, 20 de febrero de 2011

Sinfonía

Es de noche, pero tampoco tan noche. Es como tú misma señalas siempre, todo a medias, tu espíritu algo nervioso que quiere hacer mil cosas a la vez y quizás puedas completar algo como a ti te gustaría, pero ha de pasar un poco de tiempo y has de aprender a porrazos de qué se trata la perseverancia. Revisas tu correo, nada nuevo, será que todos andan en vacaciones y con un suspiro mueves el flequillo sobre tu frente, de hace rato ya que te molesta. No tienes música en el aire, y en tu cabeza tarareas algo de Jorge Drexler, y tantas ganas tienes de oír alguna guitarra triste, que te paras de esa silla que ahora te queda tan alta y dispones encender tu equipo de música. Lo bueno es que nunca te reclaman por el volumen porque en cuanto a eso eres bastante prudente. De pasadita miras con una sonrisa torcida la rosa que a esfuerzos logra mantenerse en pie, se te va la mirada en sus pétalos ya no tan rojos y ahora si, sonríes con franqueza aunque por dentro quieras fingir lo que no puede y no debe ser ocultado.

Un café con espuma para ti, un café pensando en la canción de Ubiergo y un Bono Vox que canta como cuando lo hicieron los Beatles en su última “presentación”, ahí, cuando grabaron Let it Be, sobre el edificio de Apple. Aquí Bono se desgarra cantando donde las calles no tienen nombre, y no logras traducir lo demás así que no piensas más en ello, si no en sensaciones.

Aún el café no se enfría, y miras tu habitación y te pican los dedos por ir a ordenarla, aunque sea ir acomodar a Diana en un lugar donde su silueta musical no estorbe a nadie cuando quiera oír las interpretaciones últimas que has tocado en Elbort, digno ahí con sus teclas blancas-negras y tarareas Black or White de Michael Jackson, aunque no venga al caso pero es inevitable.
Como dijera alguien cliché, pareciera que alguien ocupase tu corazón, aunque sabes bien que eso no es cierto, vives en un sueño despierta, nada más que eso, cantándole a alguien invisible porque simplemente amas cantar, sentir la canción, vivirla como si fuera tu historia y que repentinamente todo el entorno desapareciera, sólo tú y el cadencioso vaivén de algún interprete perfecto del arte.

Es rica la espuma del café cuando la saboreas en tus dedos y te preguntas a qué sabe realmente esto? Haces como que meditas un poco, lo suficiente para que te tomen una fotografía desprevenida, y luego te da lo mismo, te encoges de hombros y sigues pasando el dedo por el tazón, total, lo que es inexplicable e inexpresable es más inspirador que cualquier otra cosa.
Suena en el equipo With or Without you, también de U2, y te afliges ideando estrategias para poder comprar una mísera entrada para oírlos cantar. Te muerdes los dedos, pero qué mala maña! Y te retas y no sirve, te los sigues mordiendo, hasta quedar rojos, implorándote mudamente que te detengas o no podrás seguir con Jealous Guy en teclado. Una por otra, crees que te la puedes con las dos, típico, si varias veces te ha pasado la cuenta esto de creerte la super woman  y al final terminas más estresada que… que qué podría ser? Claro! Más estresada que tu papá a punto de salir del trabajo, qué podría ser peor? El momento no podía ser más propicio para que se escuche de fondo Sometimes you can’t make it on your own, de U2, con un Bono que interpreta bien mi papel de hija. “Escúchame tu ahora, necesito que sepas que no debes hacerlo solo. Eres tú cuando miro el espejo, y eres tú cuando no quiero contestar el teléfono. A veces no tienes que hacerlo por ti mismo. Somos la misma alma” Directo al hueso y que suaaave, que exaaacto. No negaré que me ha sacado un par de lágrimas esta canción. Canciones como ésta me hacen caer en la cuenta de cuanto amo a mi padre y cuánto esfuerzo he de hacer para comprenderlo.  “Tú eres la razón de porqué la ópera está en mí. No me dejes aquí, solo.”

Por tu mente viajan recuerdos frágiles, volátiles, cerca de unos cuántos árboles y un Santiago a tus pies. No había tormenta eléctrica, pero en estos momentos la hay en tu interior, con un torbellino incluido. El aire estaba salvaje, y tu inocencia, intacta, sólo un ligero roce con tu futuro y nada más. Juntos, era el presente, qué importaba el resto? No había café, pero sí estabas en mi mente, y no, no llores, eso terminó hace algunos años y hoy ese lugar se nutre de recuerdos vívidos que aunque alguien quisiera borrarlos, o lo haya intentado al menos, no podría, jamás podría quitarlos de la memoria tan susceptible a guardar momentos como la mía.

Están rondando mi cabeza, cayendo de mi cabeza, para ver qué se siente ahora. No tengo duda, algún día iremos juntos, algún día correremos, quizás una noche, soñando con el sol de Osaka, rondando otra vez la cabeza de alguien más. Es un buen momento para cerrar con llave? Prefiero dejar abierto el baúl, ser más precavida.

Tus ojos, tu mirada, tu boca está perdida tratando de recordar dónde quedó el instante previo a cuando todo cambió, aunque te gustó el cambio, no lo niegas, como tampoco no negarás que fue un error en todo sentido, y te lo dijeron bien hoy, en esa casa donde el sol brillaba como nunca en un atardecer, con la brisa fresca de campo, que de los errores se aprende (cuántas veces oíste eso?) y me queda claro, en tus ojos pude ver algo que mi lienzo todo lo tapó y se fue contigo, ahora veo bien. Ya no hay ángeles en tu cara, tampoco los hay en la mía, aunque puedo decir que brillo sin ángeles ni luciérnagas, y mi ego me trastorna tan drásticamente que he de concebir todo como mera superficialidad de la sociedad, adentrándome en mí misma, en la misma sinfonía. Si llegara a cerrar los ojos por un segundo más, seguiría creyendo que todo brilla, y los gritos parecerían más sordos a medida que concibo todo más abstracto, más a mi modo, y si ése fuera mi mundo, sería ideal para quien los sueños la corrompen en el profundo del atardecer de sus emociones.

El Misissipi es un buen destino para el viajero, de alma, cuerpo y mente. Tiraría quizás a sus aguas diáfanas las mil cosas que podrían quemarse en cualquier fogata, más eso no serviría, se quemarían también sus enseñanzas. Es mejor que las letras las conserve el río, las cenizas se las lleve el viento y yo vuelva a mis raíces, aunque distinta, por supuesto, pero al origen, ese origen que de alguna u otra manera habremos de volver todos, a lo esencial, a lo primitivo y autóctono.
Sientes como nadie quiso sentir antes, quieres lo imposible y en deseos los persigues, le hablas a alguien que no existe y eso te gusta, te gusta poder decir las cosas sin que nadie salga herido, lo que no pasa a menudo en la realidad. Yo diría que te falta tino o que acostumbras a estar con gente sensible al tacto, más, los quieres, y en tu vida los has querido a todos. Aparece de pronto en tu cabeza melodiosa In my life, de tu cuarteto preferido, con su letra que es tan al hueso en cada momento de tu vida, estés con alguien, no estés con nadie, tengas amigos, hayas perdido amigos, en fin, ninguna canción podría interpretarte de mejor manera, y con una voz que sin conocerla realmente la has de extrañar cada vez que prendes la radio. En tu corazón no ha muerto ni Lennon, ni Harrison. Son leyendas vivas, fuente de inspiración, molde de buena música.  Puedes sentir su presencia, su halo en cada rincón de tu histeria musical, en tu forma de ser, en querer vivir en una armonía espiritual que de todas formas te cuesta conseguir con ese temperamento tan alterado que padeces. Halo de Beyonce suena en estos precisos momentos, como una potente voz morena llegando a lo más alto, y te hace ganar una especie de fuerza mental al creer que podrías, si siguieras tan constante como ahora, componer alguna melodía similar que expresara la imaginación de ese experimentar entre agresivo/angelical que sueles reflejar a quien te conoce bien. Que resistan como plumas las voces que surgen de los callejones con olor a barro, que resistan, y remen.
Tomas un rizo de tu cabellera y piensas en tu amigo, el escritor, ése que leyó un cuento en un salón de un colegio bien conocido y te compadeces a ti misma y a tus escritos cuando te percatas de que te falta mucho para tener talento en la literatura, por lo menos ahora. Y ahora? Ahora solo escribes lo que te parezca a gusto, es bueno sacar lo que uno lleva dentro, no cometer errores al guardar en el silencio miles de inquietudes, de razones de ser.

Hay algo con Same Mistake que me taladra fuerte cuando la oigo. En parte será porque me identifican ciertos trozos, o en parte porque soy tan imperfecta que vuelvo a cometer ESE mismo error siempre. El hecho de no pedir una segunda oportunidad, mientras grito en mi interior al tope de mi voz, pero pido una razón, más no oportunidad porque cometeré el mismo error de nuevo, decirte sin voz que mires las estrellas como caen, hacen que en vez que cantarla, la grite.

Podría citar algo irónico, tal vez? Podría, y por qué no. “Es como la lluvia el día de tu boda, un viaje gratis cuando ya has pagado, el buen consejo que nunca seguiste, quién lo hubiera pensado? Bueno, la vida tiene una manera curiosa de engañarte cuando crees que todo está bien y todo está yendo bien, y tiene formas curiosas de ayudarte cuando crees que todo está mal. Un taco cuando ya vas tarde, un letrero de No Fumar en el rato que tienes para hacerlo. Es como diez cucharas cuando lo que necesitas es un cuchillo. Es… conocer al hombre de mis sueños y conocer a su magnífica esposa. Irónico.”
Es como tratando de encasillarme en algún lado, o simplemente ir al zoológico. Aunque de todas maneras iría, no sé por qué. Quizás es mi manera de ser irónica, versátil, algo ególatra. Qué más da?

Ahora The Flame te vuelve algo ensimismada, ya no es la voz de Alanis, es el mensaje de mi diario vivir, un mensaje subliminal al fantasma o al que vive y no es, simplemente. Donde quiera que vayas, estaré contigo.  Recuerda que después del fuego, después de toda la lluvia, yo seré la llama. (llama en qué sentido?)

Mundo ordinario, se te fue el toque, no quieres llorar por el ayer, algún día rellenarás con sus letras la maestra canción que desde hace años te ronda y cada vez algo distinto le hayas, un no sé qué, depende de la ocasión, o podría ser el toque místico y la razón que la sustenta? Su letra sí que refleja algún que otro aspecto o pasaje de la existencia de cualquiera que se sienta ajeno a la realidad regida por tiempo humano. “Vine de un jueves lluvioso, en la avenida pensé que te escuché hablar suavemente. Encendí las luces, la tv, y la radio, y aún así no puedo escapar de tu fantasma. Qué pasó con todo?  Loco, algunos están diciendo ¿Dónde quedó la vida que reconozco? Se marchó. Pero no lloraré por el ayer, hay un mundo común, de alguna manera lo tengo que encontrar. Y a medida que trato de abrirme camino al mundo común, aprenderé a sobrevivir.
Pasión o coincidencia, una vez te incité a decir ‘El orgullo nos separará’  bueno, el orgullo ahora ha salido por la ventana, cruzó el tejado, se escapó, me dejó en el vacío de mi corazón. ¿Qué me está sucediendo? Loco, algunos dirían. ¿Dónde está mi amigo, cuando más te necesito? Se marchó.
Papeles en la orilla del camino cuentan de sufrimiento y avaricia, aquí hoy, olvido el mañana. Aquí, al lado de las noticias de guerra santa y necesidad santa, lo nuestro es sólo una pequeña conversación entristecida.”

Y tu café se fue, lo bebiste hace rato y llegó tu hermano y terminó con la espuma, tiene la misma manía tuya. Si al final, concluyes, todos somos uno, pero no lo mismo.

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