domingo, 17 de abril de 2011

Bajo el mismo sol

Ha tenido su cierta complicación renovar el clóset y vestirse de algo distinto cada vez, abstractamente hablando y con su dejo de melancolía de por medio, una añoranza de tiempos lejanos no tan lejanos y una ruta distinta no muy parecida a la anterior. Ocurre continuamente, es cíclico, pero no rutinario.
Hablando de corazón, una tiende a no tomar la importancia debida a los asuntos que requieren de la conciencia del aquí y el ahora, efímero e insoslayable y que sin premeditarlo se te escapa cual fuera arena en tus dedos. Y por la arena que reposa frente al mar, podrían haberme parecido todos los granos igual y ahora sé que por mucho que así mi mente a veces despectiva en ciertos asuntos quisiera haberse convencido, no lo es, cada una ocupa su lugar en el mundo y seguirá brillando, ese brillo tan natural e imperceptible de la arena.
Yo crecí entre arbustos lejos de donde la mayoría pudo haberse encontrado, y por el espíritu que nace y se renueva cada vez, ansioso de ideas nuevas, me dediqué a buscar entre las maravillas del jardín del mundo alguna que otra planta que gustara de crecer conmigo. Y en vez de una me encontré con varias, erguidas firmes frente al sol, mirando el resplandor de cada amanecer con cada atardecer perfecto de simetrías en el cielo. Algún día habrían de ser cortadas, algún día habrían de estar plantadas frente a otro sol, bajo otras nubes, cada una en la eternidad renaciente de juventud, de vida.
Ahora yo me hallo en un suelo que alimenta mis ansias de saber qué podría haber más allá, no sola, pero ya sin las plantas que esperan dar frutos tal como yo, tal como me lo propuse un día y a veces lo noto tan difuso y tan ambiguo. Cómo extraño, las extraño, cómo pude pensar algún día que no habría de necesitarlas más. Sobre todo a quien conmigo se crió y me acompañó en esa etapa tan presente y pasado como lo es forjar quién eres, tu identidad, ser partícipe de su vida.
No podría quererlas menos. Y ahora sueñas con volver a entrar en una sala de clases y compartir lo más maravilloso de tu vida junto a ellas.



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