jueves, 5 de noviembre de 2009

Recuerdos vagos


Y estoy en este teclado con los dedos estirados si saber qué escribir. Me pasa siempre, y no sé porqué, pero es algo que te nace cuando menos lo esperas y dices "Esto debo expresarlo" y llegas aquí y sientes tantas cosas que al final no te sale nada. Típico.
Siento que estoy cada día más desgastada, más lenta y más cansada. A veces me dan ganas, a veces no, a veces me tiro a mi cama y no hago nada. No quiero nada.
Me duelen los pies.
Escucho una cancioncita de un comercial que me parece bien conocida y siento mi mente flotar. Si, me hace falta más música. Porque no sé, quizás sea lo que estimule mi creatividad e imaginación, porque pucha que me hacen falta.
Caigo en la cuenta de que hago nada y me agoto por lo más mínimo. No quiero ser una más de las que se proponen algo y quedan a mitad de camino, pero bueno, qué se le va hacer. Que mediocre el comentario.
Mi mamá cierra la puerta a mi espalda y a mi me duele la espalda. Creo que me iré a poner pijama y los cuchuflís están en una caja. Versos sin esfuerzos.
Qué tonto.
Hoy es... 5? 5 de Noviembre. En dos días más recordaré en dónde estuve el año pasado por la misma fecha y me estremeceré. Todo me parece tan lejano... que parádojico es todo. Ya los que estuvieron no están y los que están son pocos.
Para ser honesta, desde hace harto me he acordado del 7 de Noviembre, sobre todo con la publicidad de la Feria del Libro en La estación Mapocho. Alguien esperándome en la estación... No! Yo esperando a ese alguien sentada en la inmensa estación Cal y Canto, leyendo "Nunca seremos estrellas de Rock", un día como hoy. Ese alguien se demoraba y una tiende a preocuparse y llegó ese alguien y no paró de contemplar mi sonrisa que no sé qué onda pero me intimidaba. Llegó el otro alguien y eso entonces me hizo sentir como centro de atención y una verdadera "rockera". Qué estupido.
Es una verdadera selva esa estación, con cuadros pintados muy a lo Pink Floyd y sentía que con esos dos tipos yo los comprendía todos. Ahora sé que lo único que comprendo era que estaba atontada por el deseo de ser rockera, muy estúpida para ser yo.
Mercado central, La estación Mapocho, calles transitadas de gente estresada y agresiva, y nosotros tres, cantando "Yellow Submarine". Yo al medio comiendo chocolates con los "compadres" que sabía que ni siquiera se habían molestado en darse una ducha o lavarse los dientes. 
Compadres que incluso les di el lujo de llamarlos "amigos". ¿Y ahora qué?


Como dice el cuarteto de Liverpool:


En mi vida
Hay lugares que recordaré toda mi vida,
Aunque algunos han cambiado.
Algunos para siempre, no para mejor,
Algunos se han ido y otros aun existen. 



Aún existen, y es hora de mirar lo que ha sido mi estadía en mi colegio desde que ingresé y vaya que ha cambiado todo.
De ser alguien totalmente sin fuerzas para levartarse sola, decaída, triste, de baja autoestima, pasé a ser alguien que quizás es drástico compararlo con mi yo anterior, y así hasta hoy, en que hay días buenos, días malos, días felices y días no tan felices. Personas van y vienen, y lo único que sé, es que si bien fueron lindos momentos, ahora estoy demasiado feliz para comparar tiempos pasados. Muy feliz.






No hay comentarios:

Publicar un comentario

Ecos Resonantes