sábado, 26 de marzo de 2011

Tejiendo.-

Alguien ha dicho muchas cosas. Un hombre vio las cosas en una caja cuadrada y la perspectiva de quien le tomaba su mano le dijo que era infinitamente como una caja circular. Esa misma mujer se tropezó en el pavimento e hirió su rodilla, y su corazón angustiado dejó recaer todo el dolor en unas cuantas gotas de sangre y una contusión. Más no le importa, esa marca latente la han tenido muchos en su vida, y la vida es larga, como los límites que uno propone y dispone a sus propias metas, sin quererlo y sin serlo así derechamente. Es un tejido circular, un tejido cíclico, vuelve al mismo punto pero no es el mismo cuando da la vuelta, ya no es primero, es segundo, y es abstracto y lo ves real, bastante real. 
Es abrir los ojos y darte cuenta de que palabras pasadas se las lleva el olvido si quiere uno plantar algo nuevo.
Quedar con la mirada perdida y perderte en un degradé de colores tan nítidos y tan difusos que quedas en el limbo.
Hay alguien que flecha al hombre con vistas simétricas y alguien que ha flechado de lleno a la mujer que enlaza sus dedos mirando al horizonte. Quién sabe que son ellos, quién sabe dónde habrán de parar. Sólo saben que la felicidad es la plenitud de mirar juntos en la misma dirección.

Te quiero mucho  

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