Dejá la mente fluir. Es la única carretera a estas horas de la noche, hay alguien aún en pie y te mantiene tranquila eso porque odias estar sola en medio de la noche, sin poder dormir y sólo querer escribir, oh si, escribir.
Como que de pronto quieres estar en lo alto de un edificio mirando las estrellas, pero pasas por alto un detallito: los edificios están en la ciudad y en la ciudad son escasas las estrellas que se alcanzan a ver. Bonito.
Ilusiones prisioneras que se hicieron canciones, dijo eso? ah, no sé, yo solo me quedo con lo que me llega: Si te vas, ¿para qué regresaste?. Nadie regresó por cierto, me gusta que si alguien se hace el choro y quiere partir, ahí está la puerta, mi estimado, vaya porque la cierro por dentro. Ni siquiera por la ventana trate de hablarme.
Y había una mujer que por lo llena se quedó vacía de pronto, y de pronto no supo qué hacer. Que no te pase eso, ruegas tú, no no no no, que la vida es larga y la quieres asegurada.
Esta galla tiene una voz espectacular, pero no te fijas tanto porque canta bien, sino porque te gusta lo que habla en esa cancioncita que escuchaste a los cinco años y luego de once años la oyes de nuevo, llegándote hasta bien al hueso, esa frase que te marca y que dice que el amor llega a los que creen en él, no te rindas, te vi triste, te irá bien. Linda esperanza, real también. (Cuando estás preparado, llega, el amor llega a quienes creen en él)
Nancy Wilson no es muy conocida aquí en Chile porque muy pocos buscan un buen soundtrack de una película con contenido. A lo más te quedas con el mensaje central (si es que). De ella me gustan sus guitarreos que recuerdan más a una estadía veraniega en medio de una soledad tan profunda y pacífica que has de querer vivirla de nuevo, o por lo menos recordar viejas emociones. River Road me emociona lo suficiente como para sacarme un par de lágrimas, y eso que no dice nada: sólo se transmiten emociones. Ahí se quedan los que sólo viven de palabras para hablar.
Llegó una canción de Norah Jones. Those Sweet Words también me refresca la memoria, pero más bien en el sentido nostálgico. Querrámoslo o no, esas dulces palabras hablan como melodías, vaya que si. Recordá sólo el atardecer en una parcela ya lejana en todo sentido, tomando un té.
No sé si el alcohol habrá hecho algo, no fue mucho ni fue poco, fue normal, pero me siento con ganas de botar y botar palabras al ritmo de un tambor. Mister Pine sigue escuchando música en su aparatito por el living de tu casita querida, ruegas que no se vaya acostar porque te incomoda sentir que trasnochas.
Sólo lo que oirás es el llanto, pero por favor no preguntes porqué, no hay nada roto, no me preguntes quien soy. Cuántos Luka que vivan en el segundo piso serán capaces de guardar silencio? Hay mucho contenido social en algunas canciones. Suena, suena y vuelve a sonar mi Luka querido. (él vive en el piso dos)
Supe que el cielo era para ti, y para mi. (En realidad ahora el cielo es sólo para mí) Y sí, puedo dormir señor, puedo soñar con alguien distinto cada vez que lo quiera. (Amor violento.) Quizás gaste mi vida y mucho más en su momento, no ahora. (Acordate que espero por mi wild wind)
Temón. Cuántos recuerdos con este señor español. La noche de promesas que propones descubrir, puede ser tan indecente que me apuesto lo que no voy a cumplir... La noche de mi vida será perra para un loco, y sabrás lo que es seguirme o dejarme volar solo...
Hacer por hacer, solo pa' deshacer. Y me muerde la manzana, regalándome el veneno. En fin, la música es envolvente. Enveloppe moi, música que viene y va.
Quiero un soldadito del palacio de Buckingham, con una voz delicada, inteligente además. Ojalá venga a Chile también, para que me cante alguna canción cuando quiera quedarme dormida entre su sombra y ojos.
Que me cante lo hermosa que soy (you're beautiful), pero que no se tire de un acantilado ni acepte la verdad todavía, yo sí quiero, soldadito inglés.
Para de soñar, chalá de la cabeza. ¿Por qué vienes a mi mente cuando hablo de gente única? Quizás sea porque eres único. (Y justo suena Eres, de Café Tacuba¬¬) A veces quiero dar ese pasito que vengo guardando y a veces no quiero por miedo, a veces quiero arrancar pero ya cuando lo hago siento que te extraño, que cambio mi vocecita cuando te hablo y que es necesario decirte muchas cosas, aunque ni lo esencial he podido contarte. Me he acostumbrado a estar tan libre por mi vida que me aterra el volver amarrarme a alguien de nuevo, aunque sé que amas la libertad tanto como yo. Aunque sé que para mirarte como yo quiero he de empezar por cerrar los ojos.
Basta de confesiones inútiles por ahora, tiendo a intertextualizar las frases que me marcan más que harto y con eso también he decir más de lo que quiero. Excava, excava, que la tierra te prepara algo.
Y esta enfermedad trastorna mi ego, excávame, la mejor parte de mi, cántame, recuérdame. Cada uno sabe por lo que ha venido y donde está parado. Y si llegas a cambiar a otro, excávate a ti mismo.
Cualquier cosa podría ser mejor, cambia el discurso !
¿Estás dentro? y la espuma está verde y es fácil verla si quieres verla y Cata, estás viendo cosas raras y no te fumaste nada ni piensas hacerlo. Todavía.
Me conozco, conozco mis recuerdos y prevengo lo que he de recordar más tarde y he de tratar también de inmortalizar las cosas que me llaman la atención, aunque por tratar de inmortalizar se olvida nuevamente por enfocarte más en el tratar.
Oye, linda, (no a la que ve espuma verde, a la otra) qué te vieron? yo solo te digo una cosa, niñita lejana: que no te metan el dedo en la boca y no te vengan con cuentos ni menos toyos. Esos me los sé por libro y menos mal tuve cuero de chancho, pero desconfío de la firmeza ajena y no te creas el toyo, eso es cosa de tontos.
Mister Pine va a dormir. No puedo menos que hacer lo mismo.
Pero cómo, te vas sin escuchar la próxima canción? Te la cuento. El alma máter está aquí, allí, en todos lados y también en la mente, cuerpo y alma, partes y no sé cuánto más. Alguien, en algún lado ha de contartelo, la elección correcta.
Elección correcta? Sólo quiero que me dé la perso para que no me venga el miedo a nada más que estar feliz con ese alguien. Me empiezas a encantar, de que hay algo en tí que me vuelve extraña, lo hay. Lo dije y qué.
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Ecos Resonantes