Los expreso como sentimientos que nunca antes pude decir que así fueran y que ahora me aferro a ellos como prueba máxima de todo lo que me hace sentir viva y feliz.
El tiempo pierde su noción cuando siento el sonido de lo que tanto me agrada escuchar en mi espíritu.
Aires de libertad, simplemente, y que me la da como prueba inquebrantable de su sensatez.
Yo a él lo amo cada día que pasa, con cada sonrisa que me da, con cada abrazo, beso, cariño, palabras que me entrega. Me siento contenta, feliz, radiante. ¿Palabras? No hay conexión lógica que las exprese a plenitud ni como yo quisiera hacerlo, pero es una mirada a un horizonte lleno de posibilidades, marcados por momentos inquebrantables en mi memoria que resuenan largamente en mis noches de reflexión, pensando en él.
Cada cosa hermosa que me rodea es lo que aflora por lo que mi interior quiere decir, que no es más que el dulce y armonioso estado de enamoramiento.
Lo que soñaba en mi utopía personal la veo poco a poco concretándose de deseos de amor a casa paso que voy dando, que vamos dando, que das. Todo tú me haces feliz.
Lo que vivo hoy contigo, es un recuerdo que resuena en la eternidad como eco de que vivo para ser feliz y ser feliz junto a ti. Me hace pensar en quizás cuantas memorias relacionadas con alguna melodía que inesperadamente me recuerde a ti y me maravilla. Me hace caer en un sueño que a veces suelo confundir con la realidad y muchas veces caigo en la cuenta de que sí, efectivamente, eres tú quien me provoca tal alegría propia del inconsciente.
Te amo, amor, te amo más de lo que alguna vez puedas imaginar. Eres mi todo, lo que me hace maravillarme cada vez que estoy contigo y no dejarte ir jamás. Estos hermosos seis meses no son más que una prueba de todo lo contenta me haces sentir. Eres lo mejor, una persona extraordinaria, y sin ti, las cosas no serían lo mismo.